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"Igualmente, el tahini proporciona magnesio, fósforo, hierro, calcio, zinc, potasio, metionina, vitamina E y vitaminas B", afirma.
Es más, tu cuerpo puede absorber con mayor facilidad los nutrientes de las semillas de sésamo cuando están molidas que cuando están enteras.
El Tahín (o Tahini) es una pasta hecha de sésamo molido muy popular en la cocina asiática y de Oriente medio.
Hace unos años empezó a hacerse popular y cada vez es más fácil encontrarlo en diferentes tiendas.
Su sabor es intenso, tostado y con un punto amargo delicioso que funciona genial para incorporarlo en recetas y también para untarlo en pan y comerlo tal cual.
Existen dos tipos de Tahín:
El Tahín es un alimento rico en grasas y de gran aporte calórico, por lo que se recomienda siempre consumirlo en moderación. Aun así, aporta tantos beneficios al organismo que es mucho más saludable y más fácil de asimilar que la mantequilla u otras salsas y cremas untables. Además, de forma natural no contiene ni gluten ni lactosa y también es apto para dietas veganas.
Algunas de sus propiedades más importantes son:
A mí el sabor de esta crema me encanta, es intenso pero no demasiado amargo y aporta un toque diferente a muchas comidas y salsas.
Es uno de los ingredientes clave para preparar Hummus y, aunque normalmente se asocia a platos salados, a mí me encanta mezclarlo con alimentos dulces.
Me encanta la combinación de Tahín y frambuesas (lo suelo untar en una tostada y pongo algunas frambuesas por encima), Tahín y plátano, Tahín y mermelada y también combina genial con el chocolate.
De hecho, la crema de Tahín y chocolate es deliciosa, súper fácil de preparar y mucho más saludable que cualquier crema untable que podamos encontrar en el supermercado (ya que muchas de ellas incorporan muchísimo azúcar o aceite de palma en su composición).
En un cuenco remueve todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea, ve probándola para añadir un poco más de edulcorante (si quieres una crema más dulce) o de cacao (si la quieres más intensa).
Guárdala en la nevera.
Utiliza la crema para untarla en pan o para preparar otros postres.